25 de mayo de 2011

Informe 5 : El Hamlet de la Selva

La antropóloga Laura Bohannan cuenta en un artículo publicado en 1966, como en su segunda estancia con una tribu africana “los Tiv”, le toca narrar una historia clásica de la literatura occidental a los ancianos y sabios de la tribu, Hamlet de Shakespeare.

Al calor de una fogata y en el momento en que los ancianos beben y fuman, le exigen que se la cuente, porque de lo contrario ellos no seguirían narrándole sus propias historias, entorpeciéndose así su trabajo de campo.

De esta forma, a medida que el relato avanza, se van presentando problemas a la hora de interpretar distintas situaciones que se suceden al interior de la historia. Por ejemplo: La naturalidad con la que vieron los ancianos que Gertudris, la mamá de Hamlet se casara con Claudio, el hermano del rey (jefe), dos meses después de acontecida su muerte sin casi guardarle luto.

La antropóloga intenta adaptar la narración, de modo que sea del entendimiento de los Tiv. Sin embargo, los ancianos realizan sus propias interpretaciones de la historia de acuerdo a su realidad. Ahí vemos la dificultad a la que se enfrenta en el trabajo de campo cada antropólogo y según lo que Malinowski definiera en los Argonautas del Pacífico Occidental (1922), como “los imponderables de la vida cotidiana”,es decir, “Conocer no sólo el esqueleto de la sociedad primitiva, sino también su vida real (rutina diaria, conversaciones informales, enemistades…)” [1]. Si nos volvemos al relato, Bohannan dice que muchas horas las pasaba revisando o leyendo sus “papeles” en su choza, de modo que podemos ver que más que participar en la rutina de la tribu, emplea mayoritariamente la observación.

Otro dilema que se le presenta a la autora, pero que gira dentro del mismo punto de la interpretación del relato por parte de los Tiv, es la significación. Para los ancianos, los fantasmas no existen, sino que no son otra que presagios transmitidos por brujos. A la antropóloga se le hace imposible encontrar una traducción que ellos asocien con los fantasmas porque simplemente no se encuentra dentro de su sentido conceptual.

En las interpretaciones hechas por los Tiv con respecto a la obra de Hamlet, se iban revelando sus creencias y costumbres. Por tanto, la tesis de la antropóloga de la universalidad de una obra como la de Shakespeare tiene el mismo significado en todas las culturas no se da. Es probable que la autora dejara de lado el concepto fundamental de lo que es la diversidad cultural según Lévi-Strauss “Cuando se quiere estudiar a los hombres hay que mirar cerca de uno; pero para estudiar al hombre hay que aprender a mirar a lo lejos: hay que empezar a observar las diferencias para descubrir las propiedades” [2]

Finalmente, como último dilema para Bonahann le es difícil desprenderse de su realidad, tanto así que mientras narra Hamlet se llega a sentir abrumada de que el relato que comenzó contando se le escape de las manos y que los ancianos terminen construyendo otro con su interpretación. No sólo en este caso, también prefería permanecer aislada de las celebraciones con cerveza realizadas por ellos, sino hubiese sido invitada por los ancianos quizás hoy no sabríamos las distintas formas, según los Tiv, que una persona puede volverse loca.

En conclusión, el trabajo etnográfico que hace Bonahann con los Tiv, mejor dicho específicamente el artículo de esa anécdota con ellos, nos muestra los problemas o dilemas que se ven enfrentados los antropólogos que trabajan no desde el escritorio, sino desde el lugar mismo donde se desenvuelve otra cultura.


Referencias Bibliográficas

- Bonahann (1961), Shakespeare en la Selva, Cáp. 2 Constructores de Otredad

-[1] http://antropologiacbc.files.wordpress.com/2008/05/los-argonautas-del-pacifico-occidental-malinowski.pdf

-[2] Lévi Strauss (1997), Antropología estructural: Mito, Sociedad, Humanidades (...)

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